Si esta tarta te parece apetitosa por fuera, cuando la cortes y veas el espectacular efecto marmoleado de los dos chocolates, aún más. También necesitarás gelatina y queso blanco de untar.
INGREDIENTES
- 6 hojas gelatina
- 125 g galletas digestive
- 50 g mantequilla
- 150 g chocolate blanco de postres
- 150 g chocolate negro de postres
- 125 g azúcar
- 500 ml nata para montar
- 250 g queso blanco para untar
- 1 yogur natural
PREPARACIÓN
Cubre la base de un molde desmontable, de unos 20-22 cm, con papel sulfurizado para evitar que la tarta se pegue. Sumerge las hojas de gelatina en un bol con agua fría para que se hidraten.
Tritura las galletas con la mantequilla fundida. Reparte uniformemente esta masa en la base del molde. Presiónala ligeramente para que quede compacta. Y ponla a refrigerar un mínimo de 30 minutos.
Tritura los chocolates por separado y reserva. Pon a calentar en un cazo el azúcar, la nata, el queso y el yogur a fuego medio durante 10 minutos, removiendo de vez en cuando y sin que llegue a hervir.
Aparta el cazo del fuego, añade las hojas de gelatina bien escurridas, y mezcla bien hasta que se hayan disuelto del todo.
Separa la mezcla en 2 partes, añade a una el chocolate negro picado y el blanco a la otra. Remueve las 2 para que se fundan bien los chocolates.
Vierte ambas cremas sobre la base de galleta y pasa un cuchillo para lograr el efecto marmoleado. Refrigera al menos 4 horas para que cuaje, y desmolda.
El truco: Para conseguir el efecto marmoleado, basta con verter irregularmente sobre la base las 2 cremas de queso y chocolate. Y luego pasar la punta del mango de un cuchillo, u otro utensilio, con movimientos circulares y zigzagueantes.